La denominación de origen (D.O.) Terra Alta está situada en la provincia de Tarragona, al sur de Cataluña. Aunque sea una de las siete regiones históricas de denominaciones de origen de Cataluña, es una D.O. bastante desconocida fuera de Cataluña. La razón principal de esto es la situación geográfica de estas bodegas catalanas, lejos de las grandes ciudades y su baja densidad de población. Aun así, el incremento internacional de la demanda de vinos de la Terra Alta es indiscutible.
La creciente demanda es impulsada por el ascendente interés en la variedad de uva: Garnacha Blanca, la variedad más importante de la D.O. Terra Alta. Tal hecho no debería suponer ninguna sorpresa ya que la Garnacha Blanca se originó en las orillas del Ebro, río que desemboca en el mar Mediterráneo, en Tarragona. Una tercera parte de la producción mundial de la Garnacha Blanca proviene de las bodegas de esta región, y un 70% de esta producción proviene del pueblo de Batea (hogar del Celler La Botera). No hace falta decir que los enólogos de Batea son especialistas en la producción de excelentes vinos blancos de la variedad Garnacha.
La D.O. Terra Alta es principalmente conocida por su terroir de interior no muy lejos del mar Mediterráneo. Sus suelos están formados por piedra caliza, con una carencia de materia orgánica, y, expuestos a mucho sol y a poca lluvia.